Album de Fotos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA MUJER DE LOS LIBROS.



Laura Freixas: Libro de Madres.
Ed. 451, Madrid 2009, 256 páginas

Laura Freixas: La novela femenil y sus lectrices
Universidad de Córdoba, 160 Páginas

Laura Freixas: Cuentos de amigas.
Ed. Anagrama, Barcelona 2009, 272 páginas

 

Con tres nuevos libros a cuestas, Laura Freixas persiste en sus esfuerzos en ejercer de voz de la conciencia femenina ilustrada y reivindicar el prestigio de la literatura de, por y para mujeres.


En un momento en que las escritoras más jóvenes, cuyos nombres empiezan a ser frecuentes en la palestra literaria, rechazan contundentemente etiquetas como la de la literatura femenina o se niegan a ser consideradas autoras para mujeres, Laura Freixas (Barcelona, 1958) no escatima esfuerzos en ejercer de voz de la conciencia femenina ilustrada y reivindicar el prestigio de la literatura de, por y para mujeres, a la vez que pretende desenmascarar –haciendo constar nombre, apellidos y medios– a los culpables actuales del presunto descrédito de las letras femeninas.

 Freixas crea su discurso desde la indignación y está tan analizado desde tan variados ángulos que resulta difícil encontrar una posición cómoda desde la que reflexionar sobre el asunto sin acabar siendo una víctima de los efectos colaterales de su reivindicación. Para el feminismo militante de la autora –articulista, ensayista, editora y narradora–, todo intento de distanciarse del principio que consagra la existencia de la literatura femenina supone una traición. Así, las mujeres autoras, editoras o críticas que rechazan tal género serían, simultáneamente, colaboracionistas, verdugas y víctimas. Cree Freixas que contribuyen a incrementar los tópicos y los prejuicios existentes. Todos estos elementos son examinados pormenorizadamente en La novela femenil y sus lectrices. Además de analizar estadísticas sobre la presencia de la mujer en el sector editorial y casos prácticos aparecidos recientemente en la prensa –no se libran ni algunos de los críticos considerados entre los más prestigiosos de este país– donde todo lo femenino se asocia con lo cursi, lo sentimentaloide o lo banal, Freixas acaba el libro con la intención de “mostrar cómo pueden analizarse dichos textos” desde una perspectiva más sensible a la realidad femenina. La disección de relatos de Carmen Martín Gaite, Clarice Lispector, Doris Lessing y María Luisa Bombal le sirve para llegar a la conclusión de que las particularidades femeninas no pueden expresarse con un lenguaje forjado a lo largo de los siglos en una sociedad patriarcal y machista. Por ello, concluye Freixas, las autoras se ven forzadas a una agotadora búsqueda, que empieza en su ámbito más íntimo y que se perfila como la característica principal de la literatura femenina.

Este discurso no está exento de contradicciones, ya que acaba ratificando la existencia de los elementos que configuran la base del argumento más crítico con la supuesta literatura femenina. Por un lado, se están denunciando los prejuicios de la crítica acusada de machismo o cobardía, mientras que, a la vez, se refuerzan las clasificaciones o etiquetas más repudiadas incluso por las propias escritoras.

De la misma manera que no se duda en ningún momento de la existencia de la literatura femenina, en las tres obras aparecidas recientemente de la autora barcelonesa afincada en Madrid tampoco se cuestiona la utilidad de los modelos de mujer –parafraseando el título del libro de Almudena Grandes, una de las sonadas ausencias de la antología Cuentos de amigas, reunidos por Freixas– que propagan los libros escritos por (y para) mujeres. Su fascinación por la lectura le llevó –como explica en los prólogos de la antología mencionada y de Libro de las madres– desde muy joven a interpretar el mundo según las claves proporcionadas en los libros. El dominio de las obras escritas por (y para) los hombres supuso un problema a la hora de saber –antes de experimentarlo personalmente– cómo se siente una madre, una hija o una amiga. Por eso, de la misma manera que se ha dedicado a buscar los prejuicios latentes en la crítica y la prensa literarias, ha buscado los relatos, fragmentos o pasajes en los que se crea la realidad de tales circunstancias a través de la ficción.

Cuentos de amigas es un gráfico, aunque incompleto –como suelen serlo las antologías–, recorrido por la producción de escritoras de las últimas décadas, desde Rosa Chacel hasta Espido Freire, pasando por Cristina Fernández Cubas, Flavia Company o Luisa Castro. Se encuentran algunas de las más significativas, aunque faltan otros nombres relevantes y se echa de menos alguna sorpresa o revelación, una de las funciones que debe esperarse de toda antología.

En Libro de las madres, compiladora y editorial han conseguido un apetitoso producto, rastreando textos de todos los tiempos donde está presente la figura de la madre –Katherine Mansfield, Boccaccio, Pardo Bazán, Ovidio o san Agustín– y acompañándolos de cuidadas reproducciones de obras artísticas –Picasso, Klimt, Tintoretto– sobre el mismo tema. En conjunto, Laura Freixas ofrece propuestas diversas que hacen difícil no aceptar su invitación a la polémica.

 

La Vanguardia, 9 de Septiembre 2009