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TODO ES DOBLE .

 EJERCICIO MEMORIALÍSTICO DE LA ESCRITORA CATALANA, ESCRITO EN CLAVE GENERACIONAL.

 

Laura Freixas: Adolescencia en Barcelona hacia 1970.
Ed. Destino, Barcelona, 208 páginas

Laura Freixas acaba de publicar su primer ejercicio memorialistico, Adolescencia en Barcelona hacia 1970, escrito en clave generacional. Estoy segura de que la escritora tentará el género en futuras ocasiones, porque desde sus comienzos profesionales ha mostrado hacia el verdadera pasion: como editora (recuerdese su novedosa coleccion Espejo de tinta, en Grijalbo) como crítica y ahora como autora, asumiendo el desaffo autobiografico sin mistificaciones.

Hará bien el lector/a en olvidarse lo mas pronto posible de tan farragoso tftulo, inspirado en aquel Otoño en Madrid hacia 1950 de Benet, y de la chiripitiflautica cubierta del libro sugiriendo una imagen desinhibida y flapper de la escritora que poco tiene que ver con su seriedad a la hora de enfrentarse a su adolescencia. He aquí las contradicciones de una joven escindida en multiples sentidos: linguistico, familiar, cultural, social y sexual.

Escisión linguística: la generacion catalana nacida en los 50 crecio sometida a una situacion confusa: el Catalan carecía de escritura y lectura, de modo que podia utilizarse en la vida diaria, pero no disponía de reconocimiento escrito. Era un lenguaje privado, no una lengua publica. De modo que para muchos, para Freixas, el castellano, siendo catalanes, fue su lengua matera, la de los primeros palotes, las mas tempranas lecturas. 50 años despues esa situation, que nadie eligió y si sufrió, no encuentra la menor comprension politica. A esa escision la novelista suma otras: los padres de la escritora procedían de clases sociales muy distintas, burguesía catalana frente a inmigrantes castellanos. La escision cultural se explica no solo por el binomio catalan-castellano, sino por su formacion en el Liceo Frances donde la realidad española se contemplaba con desden. La escision social inspira los mejores pasajes del libro, sugiere que Freixas pronto se vio a si misma como un ser desclasado, lejos de las niñas pijas de su clase, y obsesionada por conseguir un reparador exito academico. Pero tampoco la ambicion encontraba todavía los cauces adecuados cuando se trataba de una adolescente, en 1970 (por encima de los conoci-mientos, las aptitudes y el deseo sexual estaba la necesidad de ser formal, no exigida a los hombres).

El libro nos plantea pues la experiencia de una mujer que crecio en un permanente divorcio. Y sobre él reflexiona lucidamente. Quizas por la relevancia de su ejercicio, Freixas valora la palabra escrita como nunca lo había hecho hasta ahora.




ANNA CABALLÉ

ABC de las Artes y las Letras, 27/10/07